Señor director,

El 17 de mayo de 1990 la OMS sacó a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales, a la que ingresó en etapas insipientes de la psicología y de la que jamás debió ser parte. Hace solo un año, un 18 de junio, salimos también las personas trans.

La patologización fue un pesado estigma con el que cargamos todo este tiempo, estuvo presente cuando nuestros padres nos echaron de casa diciéndonos enfermos, cuando nos alejaron de la vida en familia y de los niños acusándonos de pervertidos, cuando nos aislaron de la vida laboral dudando de nuestra capacidad para desempeñarnos como el resto de la población y fue utilizada tanto para infundir miedo, justificar discriminación, como para marginar a la comunidad.

Este cambio y reconocimiento de la OMS es un paso importante, vivimos en una época en que la ciencia es considerada la mejor forma de aproximarnos a la verdad y donde tomamos muy en serio las posiciones de organismos internacionales, colegios profesionales y los estudios científicos que las sustentan.

Así, aunque la despatologización no acabe el prejuicio, aunque grupos reaccionarios culpen a organizaciones en las sombras de estos cambios y se nieguen a reconocerlos, la mayoría de la población incorpora estas posiciones y la evidencia que las sustentan a su entendimiento del mundo y se constituyen, finalmente, en una herramienta para luchar por inclusión y la igualdad real de libertades y derechos.

A pocos días de una nueva marcha por nuestros derechos, recordamos que tenemos otra razón para sentir orgullo, hace un año se hizo justicia en la OMS, hagamos hoy justicia en Chile y erradiquemos la discriminación que tanto daño nos hace como sociedad.

 

Alessia Injoque

Directora Fundación Iguales

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