Señor director:

En una columna publicada el domingo 22 en este diario, el ex presidente Piñera manifiesta su deseo de fortalecer la familia, proteger a los niños y promover la natalidad y entrega una “robusta agenda” con una serie propuestas para lograrlo. Dado que como fundación Iguales compartimos su diagnóstico, me permito sugerir la precisión de dos de las medidas formuladas y la adición de una nueva propuesta para lograr que la agenda sea aún más robusta.

En la propuesta de modificar la Ley de Adopciones para que más niños logren ser adoptados, debe asegurarse la eliminación de la odiosa discriminación hacia las parejas que han contraído la unión civil. Estos convivientes civiles –de igual o de distinto sexo- son los únicos excluidos de la lista que incluye casados, solteros, viudos y divorciados, lo cual se traduce en la absurda situación de que convivientes civiles que quieran adoptar deben terminar su unión para poder hacerlo uno de ellos como soltero.

En cuanto a la incorporación de los tratamientos de infertilidad al AUGE, es necesario que se considere a las parejas de lesbianas, quienes, al igual que las parejas estériles del mismo sexo, no pueden procrear de forma natural. Se trata de una forma muy concreta para que nazcan más niños en Chile.

Adicionalmente, proponemos una medida que la presidenta Bachelet acaba de anunciar: el impulso del matrimonio igualitario. Ello no solo permitiría que quienes hemos sido históricamente ciudadanos de segunda categoría ya no lo seamos, sino que además produciría un aumento tanto de familias protegidas como de niños adoptados y nacidos.

Si realmente quiere hincarle el diente al problema del abandono de los niños y la baja natalidad, quien gobierne Chile a partir del próximo año debe –como dice el ex mandatario– enfrentarlo con “una nueva actitud”: una desprejuiciada e inclusiva.

 

Luis Larrain S.

Presidente ejecutivo

Fundación Iguales

 

Lee la carta publicada en El Mercurio.