Texto y foto: La Tercera

Creador de fundación =Iguales dice que «no hay vuelta atrás para que se acepten las demandas gay».

«La fruta está absolutamente madura y sólo tiene que venir un pequeño viento que la bote del árbol».

No se trata de una frase de uno de sus libros. Tampoco es una metáfora que esté redactando para una próxima obra. Pablo Simonetti ilustra así su convencimiento de que «ya no hay vuelta atrás para que en la sociedad chilena se alcancen acuerdos respecto de las demandas homosexuales».

En su departamento en Las Condes, los libros lo rodean y su perro lo acompaña. Pero por estos días su tiempo no está abocado a su trabajo literario, sino en el de la fundación =Iguales, y de su trabajo por «las personas de orientación sexual minoritaria», como prefiere llamar al mundo gay.

Simonetti está seguro de que se reconocerá legalmente a las parejas del mismo sexo. Una muestra de ello, dice, fue la marcha en favor de la diversidad sexual, que congregó a más de 12 mil personas, el 25 de junio pasado, en Santiago.

Eso se suma «a la fuerza de las demandas estudiantiles y ambientalistas. Antes estábamos todos desmovilizados y ahora la sociedad se da cuenta de que las causas comunes son también para el bienestar propio. Y que aceptar las demandas homosexuales tiene que ver con una sociedad desarrollada», sostiene.

Para el escritor -desde 2010- han habido tres situaciones que hicieron que «no haya marcha atrás en luchar para que se acepten nuestras demandas».

El matrimonio igualitario en Argentina es, según él, un punto clave , porque «es muy fuerte que el vecino viva en una sociedad más inclusiva, solidaria y libre».

Afirma además que «la situación de la Iglesia Católica dejó demostrado que la represión de la sexualidad es contranatura, y el mundo cristiano se dio cuenta de que es mejor vivir la sexualidad plenamente».

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